Siempre tendremos buenas y malas experiencias en el mundo laboral. No cabe duda de que recordaremos con cariño al jefe que fue comprensivo con nuestros problemas y nos tuvo paciencia en los momentos difíciles. Sin embargo, no siempre es así. Muchas veces nuestros superiores son unos desalmados, las condiciones de trabajo dejan mucho que desear o el ambiente que se genera con nuestros compañeros es estresante.