Quizá es ese familiar cuyos dardos te acribillan en cada celebración. Quizá es esa amiga que puede que no merezca ese nombre. Quizá es esa pareja que a veces te quiere muchísimo y otras se porta como si no lo hiciera. O quizá es ese compañero de trabajo que siempre tiene un comentario que te amarga el día.
Las relaciones tóxicas no se circunscriben sólo al ámbito amoroso, sino que pueden darse en muchos otros. En ocasiones la dificultad no está en identificarlas —que también—, sino en saber gestionarlas o, llegado el momento, cortarlas.
También puede ocurrir que esa relación tóxica haya ocurrido en el pasado pero nos haya marcado de tal manera que afecta a relaciones actuales o incluso llega a alterar (para mal) nuestra manera de ser.
Por desgracia, todos en algún momento nos enfrentamos a alguna de estas situaciones. En El HuffPost queremos abrir una ventana para hablar de todo esto y que aquellos que tengan preocupaciones sobre estas cuestiones pueden plantear sus dudas y recibir algunos consejos por parte de dos especialistas en psicología.